sábado, 1 de octubre de 2011

Sur-name














Con antepasados en el sur de italia…
Tus ojos mediterráneos
ven el mundo de elegantes colores,
y así nos lo enseñas.

Nacida en el sur de América…
La  melodía de tus palabras
danzan tu cuerpo en forma de clave,
y lo hacen sonar como en otra época.

Viviendo en el sur de España…
Situada en el centro de tu historia
encuentras el equilibrio,
y sigues escribiendo páginas.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Septiembre

Tu visita siempre es como el verdadero comienzo del año. No hace falta que mire mi reloj, ni un calendario para saber que llegaste, tan puntual como de costumbre. Te doy la bienvenida, y aunque hayas sido durante muchos años el culpable de volver a madrugar… me alegraba volver a encontrarme con mis compañeros de clase. A saber qué será de ellos.
Tu brisa fresca y las lluvias espontáneas me recuerdan al verano de Nottingham, donde no importaba mojarse. A otros tiempos y momentos que sigo encontrando en ese niño que se asomaba por la ventana para ver tus tormentas eléctricas, y en la calle le daba patadas a las hojas secas de los árboles y las cogía del suelo y las lanzaba hacia arriba con fuerza para que volvieran a estar en la copa de los árboles. Yo también caí como ellas, tú me viste.
Eres el único mes que lleva mis dos números de la suerte, uno es solo nuestro, y el otro… El otro ya sólo quedará en tu nombre. Y aquel día once en el que cambió el mundo, y ese veinticuatro en el que me viste nacer.
No creas que estoy feliz de que estés aquí porque sea mi cumpleaños, ya hace mucho que no lo celebro. En Barcelona quedaron esas bolsas de chucherías, tartas y regalos.
Estoy feliz, porque volvemos a coincidir en Sevilla, donde sólo podemos vernos.

miércoles, 6 de julio de 2011

domingo, 26 de junio de 2011

Hoy

Hoy me di cuenta...

De las palabras que dejaron de sonar
en tus manos de papel.

De la distancia que el tiempo no ha marcado
en corazones por conquistar.

De los caminos que se perdieron
en horizontes que nunca recordaré.

sábado, 18 de junio de 2011

Niño tuning

Me llamo Juan, aunque todo el mundo me llama Juanito, tengo 12 años y este curso empiezo 1º de la ESO. Estoy muy emocionado porque ya voy al cole con los niños grandes. Me levanto todos los días a las 6:45 de la mañana para ir al insti, que entro a las 8, pero mientras me despierto, me visto, me lavo la cara y los dientes, preparo la mochila, me tomo el colacao y mi madre me prepara el bocadillo ya son las 7:25, y eso corriendo mucho. Luego toca el trayecto en el coche, que a esa hora siempre hay mucho tráfico y nosotros vivimos un poco lejos. Por suerte este año mi hermana mayor, Natalia, se ha cambiado a mi insti para que mi madre no tenga que ir a dos sitios, sino tendríamos que madrugar mucho más. La mochila pesa como 7 kilos, a veces pienso que cuando termine el año y haya estudiado todo lo que llevo a mis espaldas, mi cabeza pesará tanto como mi mochila. Damos seis horas de clase al día, con profesores diferentes, alguno que es serio, otro que chilla mucho, alguno que se equivoca, y también alguno simpático y que nos hace reír de vez en cuando. Pero es normal que a veces se enfaden porque en clase casi nunca hay silencio y cada uno está contándole cosas al compañero. Hay algunas asignaturas que no me gustan nada, como las matemáticas, que a veces no las entiendo y el inglés, por eso los lunes, miércoles y viernes voy a clases particulares por la tarde tres horas. Cuando terminan las clases tenemos un montón de deberes de cada asignatura para el día siguiente, y hay que hacerlos porque si no te ponen un negativo.
Al terminar las clases esperamos Natalia y yo en la puerta del insti, que ahora nos recoge mi padre. Volvemos a casa y mi madre ya tiene preparada la comida. Almorzamos todos juntos. Las comidas son de los pocos momentos que pasamos en familia. A veces se me hace imposible recordar las caras de mis padres sin los mofletes llenos de comida. Entre Natalia y yo recogemos la mesa. En cuanto terminamos me pongo a hacer los deberes, porque en una hora y media me voy a las clases de guitarra y cuando termino me toca entrenamiento de balonmano. Así son mis martes y mis jueves. Los fines de semana vamos a visitar a los abuelos y a veces nos vamos todos al parque a sacar a mi perro “Canelo”, a mi me encanta jugar con él y cuando viene mi amigo Luis lo pasamos todavía mejor porque jugamos a ver quien corre más, aunque Canelo siempre nos alcanza.
Mis padres me dicen que les gustaría volver a ser niños y a tener mi edad. Según ellos, es mejor ser un niño. Dicen que cuando crezca veré lo dura que es la vida, que tendré una cosa que se llama estrés y no sé qué más. Como son los mayores yo les hago caso en todo y vivo feliz mis mejores años, esperando no crecer demasiado rápido.

jueves, 31 de marzo de 2011

Sin título...sin ti.



Sólo cuando mi mirada te haga creer que existe la felicidad,
cuando mis besos  te devuelvan la vida,
y cuando mis caricias te envuelvan como el agua...
Sólo entonces, no podrás vivir sin mi.
Hasta que no me veas... seguirás creyendo que eres libre.


martes, 29 de marzo de 2011

Oh Oh Oh!!

Es de noche y duerme, ella se encuentra sola en su piso de alquiler, ya lleva muchos días sin nadie que acompañe sus espasmos mientras sueña aquello que nunca recuerda. El tiempo ha cambiado repentinamente después de las lluvias y hace un calor más propio del verano que de estos meses de invierno, le sobra el edredón y se lo quita a patadas hasta destaparse por completo dejando su cuerpo desnudo al descubierto. Con la poca luz que entra por la ventana su contorno sólo se insinúa y el lienzo de su cama la convierte en una obra de arte. De repente se mueve y se restriega entre las sábanas, todavía no es consciente pero una zona de su cuerpo pide reclamo. Ahora que se ha acariciado, el cosquilleo crece hasta que se vuelve a frotar, esta vez a conciencia. Sus dedos se convierten en la mejor herramienta para aliviarse y mientras rasca con la yema de sus dedos no duda en utilizar sus uñas para mayor placer. Casi se ha despertado por completo y sabe que si quiere seguir durmiendo deberá de parar y reprimir el deseo de volver a tocarse. Le cuesta mucho pero cuanto más espera mayor es el alivio cuando vuelve a encontrarse con sus dedos, friccionando con cuidado pero insistentemente. Ella sigue sola, así que no tiene que preocuparse en no despertar a nadie con sus quejidos, mientras frunce el ceño y se muerde los labios. Parece que después de unos minutos el sueño vuelve a rescatarla. Satisfecha y agotada se coloca en esa postura que no falla para volver a dormirse rápido.
No pasa mucho tiempo cuando sin esperarlo, de nuevo le pica otro mosquito y esta vez se levanta a encender la luz para darle su merecido.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Desprenderse del tacto

Estoy buscando la mejor manera de llegar a ti, todavía no sé a ciencia exacta cual es, pero intentaré que el mensaje te llegue, luego ya veremos si cambio de táctica.
Guardo las formas, te miro de esa manera en la que todo el mundo piensa que soy serio pero en realidad, si te fijas en mis labios, están entre abiertos sonrientes. Fijamente contacto con tus ojos e intento controlar el lenguaje corporal. No quiero cometer ningún error. No puede haber malos entendidos, ni quiero que pueda ofenderte algo de lo que te voy a decir porque en realidad no deberías. Antes de hablar ya he pensado durante unos segundos lo que voy a decirte pero incluso así, no estoy seguro que todo vaya a salir bien. Cuando me toca hablar, mi tono es suave, como la voz de aquel que lee un cuento para un niño intentando que concilie el sueño, mis palabras son cálidas, y al llegar a ti se deslizan por tu cuerpo, acariciándote sin levantar sospechas. De momento estás donde yo quiero, lo sé por cómo me miras, por la expresión de tu cara y porque todavía no te has tocado el pelo como signo de no comprender lo que te digo, pero entre caricia y caricia resbalo por una de tus preguntas y no logro levantarme a tiempo.
Entonces las palabras quitan sus suaves manos de nuestras caras y nos golpean, ahora ya no me preocupo de hacerme entender, ahora solo busco conquistar tu mente que antes estaba desarmada. Puede que nos conozcamos pero después de tantas batallas vamos adquiriendo nuevas habilidades y los puntos débiles intentan no ser tan vulnerables a los ataques que ambos propiciamos. Las palabras se transforman en ruido y me persiguen, intento escapar de ellas, las espanto agitando las manos como si fueran cuervos que vienen a sacarme los ojos. Es cuestión de supervivencia, nadie puede acabar conmigo y te lo tengo que demostrar. Tú ya sabes a que estamos jugando y vas a intentar ganar, como otras veces has hecho.
Sin saber cómo ni cuándo, todo para. Agotados y desnudos nos rodea un escenario apocalíptico, como si hubiera caído una bomba destruyendo todo lo que nos rodeaba, no logro ver que haya quedado nada en pie salvo nosotros. Solo se escucha silencio y se ve la oscuridad de tus inmensos ojos negros. En esa mirada logramos entendernos.